Volver al blog

Conozco a mi cliente... ¿realmente?

Cuando un negocio va bien, normalmente se asume que se conoce al cliente. Pero cuando toca crecer, estar equivocado puede costar caro.

Publicado por

Mr. Potato analizado clientes con una lupa

¿Conozco a mi cliente… realmente?

Durante mucho tiempo pensé que sí. Tenía datos sueltos: edad, sector, redes favoritas.
Pero eso no es conocer, es describir.
No sabía con claridad qué valoraban más, por qué me elegían o qué los hacía quedarse.
Y cuando no conocés bien a tu cliente, cambiás lo que no importa y dejás igual lo que sí.
Ahí entendí que conocer a tu cliente no es un lujo de marketing: es dirección para crecer.

Lo que no se mide, se supone (y se pierde)

Sin claridad real, tomás decisiones desde intuición: precios, mensajes, features, campañas…
Puede funcionar al principio, pero cuando querés crecer, esas suposiciones se vuelven riesgos.
El riesgo: mejorar justo lo que tu cliente no valora y mantener lo que sí lo hace comprar o suscribirse.
Conocer a fondo a tu cliente te permite recortar lo que sobra, reforzar lo que funciona y crear algo que de verdad desean.

El primer paso para crecer: entender quién te sostiene

Saber de dónde vienen tus ingresos, quién compra más (y mejor), y qué experiencia los hace volver cambia todo.
No se trata de perseguir a todos, sino de cuidar a quienes ya confían en vos.
Con esa información, tu estrategia digital, tu pricing y tu producto dejan de ser apuestas y se vuelven decisiones.

Mini plan de acción: conocer mejor a tu cliente

Si querés claridad práctica, empezá con esto:


  1. 1. Analiza ingresos y recurrencia.
    Identificá qué segmentos aportan mayor facturación, margen o frecuencia. Mirá 3–6 meses.
  2. 2. Habla con tus mejores clientes.
    Preguntales qué valoran, qué los hizo elegirte, qué mejorarían y qué los haría recomendarte.
  3. 3. Detecta patrones reales.
    Sector, tamaño, valores, dolores, momento del negocio. Buscá puntos en común (no excepciones).
  4. 4. Define tu “cliente ideal” basado en datos.
    No inventes: describe a quienes ya te compran y te eligen de nuevo.
  5. 5. Decide con ese mapa.
    Mensaje, canales, features y precios: alinealos con lo que ese cliente valora y necesita.

Cierre

Conocer a tu cliente no es una encuesta, es una ventaja competitiva.
Cuando sabés a quién ayudás y por qué te eligen, podés crecer con menos ruido y más impacto.
Menos suposiciones, más conversaciones. Ahí empieza el crecimiento de verdad.